Enamórate de ti: la nueva autoestima (IV)

“Nacemos inocentes. Sin emociones mezcladas, sin dudas, sin miedos, sin mentiras.

Llegamos para descubrir, luminosos y coherentes.” Elsa Punset

Te invito a dedicar esta primavera a DESCUBRIRTE como nunca lo has hecho antes, a mirarte en el espejo más transparente, para ver lo que quizá hasta ahora no habías visto: que detrás de lo que llamas tu personalidad, con sus cosas que te gustan y sus cosas que no te gustan nada, está la persona absolutamente maravillosa que puedes llegar a ser, porque de hecho ya lo eres. Sólo necesitas separar lo real, lo auténtico, lo original en ti, de tu historia, y de las huellas que tu historia ha dejado en ti. Por eso me ha alegrado tanto encontrarme con la frase de Elsa Punset.

Léela otra vez por favor.

“Nacemos inocentes. Sin emociones mezcladas, sin dudas, sin miedos, sin mentiras.

Llegamos para descubrir, luminosos y coherentes.” 

Así eres, cuando te ves más allá de la primera capa, cuando miras más profundamente. Eres inocente, luminos@, coherente, hermos@, brillante… sin miedos, sin dudas, sin mentiras, sin defectos…

Sin embargo, seguramente te cuesta verte así al 100%. Esa ha sido mi motivación para escribir La Nueva Autoestima. Y mi regalo para ti hoy es un resumen de uno de los ejercicios que aparecen en el libro.

Tómate 15 minutos a solas para hacerlo: podría cambiar tu vida.

En una hoja en blanco comienza a escribir una y otra vez estas palabras y lo que salga de manera espontánea a continuación:

YO SOY…
YO SOY…
YO SOY…

Intenta escribir rápido, sin pensar y sin detenerte. Anota todo lo que salga, sea positivo o negativo, no importa si algo se repite varias veces, no importa si acabas poniendo cosas que parecen raras o sin sentido. Simplemente estamos vaciando el cajón de tu cabeza. Si ves que te paras o ya no sale nada más, también puedes probar con: “A veces soy…”. Trata de completar una hoja, si es posible por ambas caras. Deja que surja una larga lista en la que cada frase comience con “Yo soy…”.

Después, subraya todos aquellos que te parezca que tienen algún matiz negativo, o que no llegan a ser realmente positivos para ti, como por ejemplo: “soy perezosa”, “soy un poco aburrida”.

Trata de no juzgar la lista: lo que haya salido está bien. Además, ahora mismo veremos que no eres todo esto, así que no te preocupes.

Ahora mi afirmación y mi desafío para ti es éste:
‘Tómate unos minutos para releer cada una de las cosas que has subrayado, y date permiso para recordar cómo surgió cada rasgo en ti, cómo y cuándo aparecieron estos comportamientos, actitudes o sensaciones. Cómo empezaste a sentirte tímida, o fracasada o… (rellena el hueco). Eso surgió en algún momento, en algún lugar, y por tanto no es parte de lo que eres. Es una de las pegatinas que llevas encima, y puedes aprovechar este proceso para empezar a soltarla. En el momento en que descubres que esa característica que creías tuya es simplemente una pegatina, y que por tanto no eres tú, ya casi no hace falta ni que la sueltes: sabes qué es realmente’.

Este primer proceso es la chispa, el inicio de tu liberación y de tu reencuentro con tu yo real.

Puedes seguir con este proceso durante la semana y añadir más frases “Yo soy…”. Añade a la derecha de cada una de ellas algún dato sobre su origen, sobre cómo y cuándo se incorporó a ti. Y recuerda que, si el día que te pasó aquello en lugar de eso hubiera pasado otra cosa, ahora no sería un aspecto de ti y no sentirías que eres eso.

Cada rasgo negativo que ves en ti no te pertenece. Pertenece a un suceso de un pasado a veces muy lejano, un acontecimiento intenso o sutil que generó en ti un patrón vital que se ha superpuesto a tu verdadera naturaleza.

 

Mis disculpas para los chicos: La Nueva Autoestima está escrito en clave femenina. He sentido un fuerte impulso de hacerlo así, de dirigirme a las mujeres en este libro. No sólo porque el 90% de mis clientes son mujeres, y también lo son la gran mayoría de seguidores del programa y la revista. También porque siento que ha llegado la hora de que TODAS las mujeres descubran su verdadero potencial, por el bien de toda la sociedad, porque tienen mucho que dar. Y me gustaría ayudar en este proceso. Sin embargo, si deseas leerlo, si ves que te va a ayudar… ¡no dejes que unas cuantas “a” te lo impidan!