Tus deseos son tu brújula hacia la felicidad

Crea tus sueños

La semana pasada estuve haciendo varias sesiones de coaching en Alicante CREANDO LO EXTRAORDINARIO. Y eso es justo lo que quiero para ti, que puedas CREAR TUS SUEÑOS y cumplir tus deseos.  Todo aquello que anhelas y deseas en tu vida, incluso todo lo que te parece inalcanzable ahora mismo. Porque con las herramientas y el apoyo adecuados puedes hacer de tu vida algo extraordinario.

En el artículo anterior te estuve hablando de las cinco relaciones que condicionan absolutamente todo lo que vas a ser capaz de crear. Y esas relaciones son las que tienes contigo misma; la relación que tienes con los demás, la relación que tienes con la propia existencia y con la vida, la relación que tienes con tus deseos, y la relación que tienes con tu capacidad para la promesa, el compromiso y para seguir intenciones.

El ejercicio de las cinco relaciones

Te proponía un ejercicio en el artículo anterior, me pregunto si lo has hecho y qué has descubierto. El ejercicio consiste en observar y explorar tu vida cotidiana para descubrir en qué nivel están esas cinco relaciones:

  • Cómo están de sanas.
  • Desarrolladas o poderosas.
  • En cuáles necesitan realmente subir un escalón o dos.

Que no te preocupen los resultados de esta investigación que has hecho en tu propia vida. En el artículo de hoy y en los sucesivos te voy a ir dando las claves para transformar estas relaciones.
De hecho hoy específicamente vamos a hablar de la relación que tienes con tus deseos.

¿Qué es el ‘deseo’?

La palabra deseo, en nuestra sociedad, siento que está vista desde una perspectiva que no nos da mucha fuerza. Cuando se habla de los deseos o de los sueños, todo cae en ese mundo imaginario de todo aquello que me gustaría, lo que me encantaría…

Muchos piensan “me encantaría que me tocaran 2 millones de euros en la lotería” y no hacen nada más: todo queda en ese ámbito de lo imaginario.

El deseo es mucho más que eso, el deseo es la fuerza que mueve mundos. Es lo que ha hecho que todo lo que hay en nuestra realidad exista. El deseo es lo que hace que un científico explore, que un artista cree, que una madre tenga hijos. El deseo es lo que perpetúa la especie, es lo que nos hace avanzar y nos hace crear.

La expresión del deseo

Nuestra vida es una experiencia de crecimiento y de expansión, y el deseo es la semilla y la gasolina que nos impulsa a crecer y expandirnos como seres humanos. Sin embargo, a veces la relación que tenemos con el deseo es muy distinta.

Es posible que seas o que conozcas a alguien que tiene una relación con el deseo relacionada con lo imposible: aquello que nunca podré lograr, aquello que solo se va a quedar en el territorio de los sueños. O puede que tengas una relación con el deseo que te haga sentir egoísta, porque parece que solo pienso en mis propios deseos. Puede que tengas la idea de que el decir “me dedico a escuchar, respetar y seguir mis propios deseos, anhelos y sueños” significa que estoy siendo egoísta y no estoy pensando en los demás.

La relación con el deseo

O puede que tengas una relación con el deseo como algo que siempre existe en el futuro pero que no es para ahora, porque parece que para ahora hay cosas más urgentes que desear algo que está brotando desde lo más profundo de ti.

A veces nos posicionamos ante el deseo con ideas pequeñas pensando: “esto es lo que me gustaría pero yo soy impotente, yo no puedo crear este deseo, sólo lo podré tener si la vida o alguien me lo da”. Pensamientos de una niña pequeñita que depende al 100% de sus padres para cualquier cosa.

La realidad es que

Sin embargo, no es así. Tú eres una mujer adulta y libre, con una capacidad, con un potencial, con un poder interior, con una fuerza, con una conciencia. Por tanto es según cómo te coloques en relación a tu deseo que vas a poder comenzar a convertirlo en una realidad o se va a quedar siempre en el terreno de lo imaginario. Y no es eso lo que deseo para ti ni para nadie que esté leyendo este artículo.

Creo que es muy triste y muy lamentable como muchas veces vamos pasando por la vida de puntillas, conformándose con mucho menos de lo que podríamos crear o construir.

De hecho, podríamos decir que a menudo estamos viviendo en una posición que es más de supervivencia que de verdadero florecimiento de la persona. Pero todo esto puedes transformarlo si transformas tu relación con el deseo.

Una propuesta para ti

Te invito a mirar tus deseos desde otro lugar para empezar a darte cuenta quizá de que tus deseos no son simplemente algo egoísta, que sólo persigues eso y lo demás no te importa.

Tus deseos, si lo observas detenidamente, los pone dentro de ti la vida misma. Es decir, una no se levanta una mañana, se sienta y piensa “voy a ver qué deseo, voy a desear algo nuevo”. Simplemente el anhelo está y brota en ti, sin que sepamos de dónde viene.

De repente tienes el anhelo de enamorarte, de formar una familia o de hacer algo más creativo en tu vida, de crear tu propio negocio, de transformar la manera en que vives tu día a día, de explorar el mundo, de viajar, de ayudar a las personas de alguna manera.

Esto simplemente aparece, y por eso creo firmemente que los deseos son puestos en nosotros por la propia vida como una pista para ayudarnos, para impulsarnos a crecer, a desarrollar nuestro potencial, a sacar nuestras capacidades. Y por supuesto como un impulso hacia la felicidad, hacia la plena expresión de quien yo soy, hacia la plenitud. ¿Y no es ése el sentido de la vida?

Por eso, te invito a directamente dejar de rechazar tus deseos y empezar a abrazarlos. Empezar a reconocer que están ahí por una razón, a reconocer que te mereces alcanzarlos, que tienes derecho a tener estos deseos, que no tienes por qué comparar tus deseos con los de nadie, ni pensar si son los adecuados a tu edad o a lo que tú crees que son tus posibilidades. Porque cada deseo viene – si lo sigues y lo escuchas – con su propia fuerza y energía para llevarlo a la realidad.

Cuando te llega el momento y pides tus deseos

Podemos comparar el deseo a la inspiración. Cuando a un artista le viene una melodía, una imagen para un cuadro, un poema…

Si en ese mismo momento en que te llega, lo dejas todo y te pones a escribir ese poema, te pones a escribir esa canción, el deseo y la inspiración vienen con la energía suficiente para que lo hagas. Pero claro, si lo metes en un cajón y lo dejas ahí durante años dudo mucho que se pueda sacar algo bueno de ahí porque ya ha perdido la energía vital con la que eso venía a ti.

Entonces ¿qué puedes hacer hasta el próximo artículo?. Puedes hacer dos cosas, una es explorar y preguntarte, seguir investigando igual que hablábamos en el artículo anterior. Pero en este caso vas a investigar específicamente cuál es tu relación con tus propios deseos:

  • Cómo es esta relación.
  • Cuánto permito.
  • Cuánto la reprimo.
  • Qué hago con mis deseos y sueños.

La otra pregunta que te lanzo, y que te puede dar una enorme CLARIDAD, es:

Si supieras que puedes pedir un único deseo y que ese deseo se te va a conceder ahora mismo…

Si apareciera el genio de la lámpara o el hada madrina y te dijera: “Pídeme lo que quieras pero una sola cosa ahora”. ¿QUÉ PEDIRÍAS?

CREANDO LO EXTRAORDINARIO 3. Intenciones y PROMESAS

(Me encantaría leerlo en los comentarios. Y si tienes alguna pregunta, no dudes en hacerla también: estoy aquí para ayudarte a crear tu mejor vida).

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